1994. Nacido y criado eternamente en San Felipe. Ecléctico. Ausente. Nostálgico. Distraído. Volátil. Inflamable. Perdido en una realidad que no le pertenece. Eterno andariego. Buscador recurrente de nuevas experiencias y placeres. La única respuesta está en el viento, en el silencio, en la mirada sincera de quien te logra encontrar, en lo mas recóndito de tu universo. A veces no se lo que soy ni en lo que creo, por eso me doy la oportunidad de escribir sobre aquello que creo saber o intento entender, puedes leerlo por aquí. http://quienmaspuedesaberlo.blogspot.com/
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Viejo cuerpo."Una vez comienza a llover de comienza a notar todas las goteras que hay en mi. Tantas hendiduras, tantas heridas aún abiertas, tantas grietas a punto de colapsar hacen que mi pasado sea evidente, hace que aquello que tanto oculto, salga a la luz. El frío hace notar lo metálico qué es mi cuerpo, lo frágil que puedo llegar a ser por cualquier movimiento, lo vacío que puedo llegar a estar si decides tocarme. La humedad me oxida, me corroe, me debilita con el pasar de los minutos, me expone ante la intemperie, me carcome lo poco que ha de protegerme de aquello a lo que le temo. Cuatro días de silencio, una botella de alcohol, un cigarro viejo, música suave y nostálgica, un alma a punto de desvanecerse, el continuo golpeteo de las gotas cual tambores que anuncian una guerra, parecen los aplausos lejanos de aquellos que observan el derrumbe de un ser pensante. El búho me observa desde la copa del árbol, se notan sus ojos en mitad de la oscuridad, se insertan en mi retina y me detalla junto al silencio que acompaña la tormenta. Me mantengo firme, ante esas dos flechas que me vigilan, me despojo de mis ataduras, de mis atavismos, de mis prejuicios absurdos y camino en dirección a la constelación de sucesos que se producen mientras yo me detengo en el tiempo. Soy un vidrio cubierto de gotas, borroso, solitario, en apariencia tan vacío pero si logras ver a través, es todo lo contrario. La caja donde dejaré mi recipiente, solo será un recuerdo de la mortalidad del cuerpo pero un alma trasciende hacía la inmensidad en busca de otras fronteras para explorar curioso".
Por: Rayfer Martinez Filosofía de muerte."A veces suelo pensar en la muerte, en lo que sería terminar bruscamente este camino, en la sensación que sería estar envuelto en el vacío externo e interno del alma, en lo inesperado que podría ser tener que darse cuenta de que ya no estás allí. Realmente no le tengo miedo porque más que nada, es inevitable; ella es el cierre de un círculo que alguna vez comenzó a tomar forma; ella es la culminación, la transición de la carne a la energía cósmica; ella también puede ser el inicio de un bucle eterno, que constantemente se divide y expande hasta que se comienza de nuevo. Algunas culturas le tienen miedo a la muerte, otras la ven como el origen de una trascendencia del alma y del espíritu. Somos una energía envuelta por carne y hueso, un proceso bioquímico cubierto por órganos que nos mantienen con vida, una profunda cadena genética puesta lo suficientemente exacta para lograr tener esta forma, esta composición, esta manera de sobrevivir. La muerte puede ser el génesis de una nueva forma de mantenerte en vida o puede ser aquello que escriben en tu epitafio, puede ser la eterna tiniebla, el silencio continuo, la inmovilidad constante. A veces suelo pensar en la muerte y en lo que sería estar flotando en la inmensidad del cosmos; ausente de mi, inconsciente de mi cuerpo, desprendido de mi mente."
Por: Rayfer Martinez Durazno que sangra.
Durazno que sangra, que gime, que llora Duraron que ríe, que despierta, que aflora Tenle paciencia a esta primavera que no llega. Tenle misericordia al hambriento que se acerca a comer de tu carne. Durazno que canta, que grita, que espanta. Durazno que calla, que observa, que sueña. Cae sobre el suelo otoñal buscando su destino, sabe que su vida se va en los ventarribes fríos. Susurra al río poemas de antaño, pues su alma ya tiene cuerpo, pues su cuerpo es lo que sangra. Insuficiencia del alma. Fui ruido entre sus manos. Fui amaneceres de oro y atardeceres amargos. Fui sentimientos encontrados y libertades jamás buscadas. Fui sueños imposibles y realidades mal ordenadas. Fui viajes en el tiempo y presentes en cámara lenta. Fui el transcurrir pesado de la vida entre tus alas inmensas. Fui la caída más violenta, la desdicha hecha ser humano. Fui lo que muchos vieron, lo que todos dejaron a un lado. Fui la marea que re hizo bailar sobre el agua. Fui lo que siempre quisiste y aún así te quedó un espacio vacío dentro del alma. Por: Rayfer Martinez Fuerza natural.Pude escaparme del ruido de la ciudad aquella mañana, logrando traer un poco de bienestar a mi convulsa cabeza. Logre escaparme de la monotonía más por miedo a volverme loca que por cansancio en su total extensión de la palabra. Tuve la oportunidad de encontrar aquella niña que se había perdido entre los callejones de esta adulta sin camino por recorrer; por fin, había logrado callar el universo y podía escuchar mi voz retumbando en la soledad diciendo que todo iba a estar bien. Cuando logro entrar en la espesura que rodea aquel viejo paso fluvial, me invade una sensación de bienestar abrumadora, tanto que duerme mis sentidos y no me queda más que caer bajo el hechizo de todo aquello que me rodea. El agua era cristalina, se podía ver que estaba compuesto el fondo, incluso se podía percibir el paso de la corriente por aquellas piedras que llevan años siendo moldeadas a la perfección. Me decidí a entrar y coloque mis dos pies dentro de aquel líquido vital, mis sentidos despertaron al acto y una señal de mi cerebro bajo de forma rotunda a través de mi espalda, haciéndome sentir tranquila; una sonrisa se me escapa y acto inmediato, comienzo a pensar en la última vez que esto ocurrió. Fue hace mucho tiempo. De entre los espacios que dejaban religiosamente los árboles, tres mariposas azules emergen, como quien sale de una jaula por primera vez y observa como su alrededor lo saluda con afecto. Giran y se dejan caer sobre mí, posándose en la piel, piel que hace mucho no sentía el contacto de algo ajeno a mí, solo la brisa, solo la lluvia, solo el dolor. Me quede mirándolas idiotizada, como quien mira el viento mecer la vida. Me sentí absorbida por mí alrededor, comencé a formar parte de ese ecosistema desde el momento que mis pies fueron arropados por el frio de aquella sustancia casi azul, casi espejo, casi mar. Algo me decía que podía quedarme allí eternamente, convirtiéndome en un árbol que viviría por ciento de años y aprendería el arte de interpretar la lejanía y el estar inmóvil. Poco a poco las hojas caían cual paracaídas, dejándose pendular por la fuerza de la brisa. Se podía escuchar el murmullo de la corriente pasando a través de las ramas y a través de mi cuerpo; era como un silbido, como una melodía dulce que se dejaba llevar hacia tu oído y te hace los ojos cerrar. En aquel lugar había un silencio pacificador, un silencio que me permite escuchar aquello que parecía imposible de percibir; el aleteo de las mariposas; la voces de los arboles; el suave nado de los peces en el rio; la fuerte corriente parecida a una arteria transportando sangre; los pájaros contrapunteando en lo más alto del cielo; la respiración de una niña asustada; los miedos de una mujer perdida. Sentir todo aquello me alimentaba de esperanza, le daba seguridad a mi ajetreada alma y solo quería quedarme deleitándome con aquello que vivía y se movía de forma continua alrededor de un ser que moría poco a poco estando viva. Había tanta armonía, todo parecía encajar perfectamente en cada lugar, todo estaba sincronizado y aquello que perdia el tempo de la situación, simplemente comenzaba a formar parte de otra cosa. El azul del cielo no podía compararse con el de aquellas inmensas mariposas que giraban cual tornado, mis ojos nunca iban a cansarse de observarlas siendo libres, siendo ellas mismas, siendo sinónimo de paz. El simple hecho de estar sentada en mitad de la nada, hizo conectarme con mi parte más primitiva, aquella parte que camina descalza en la tierra y sonríe con el simple hecho de volver a despertar, esa parte animal; tan sencilla, tan única, tan natural. Hubo un pequeño momento en el cual sentía como de mi espalda emergían un par de alas, me sentí lo suficientemente fuerte para poder enfrentar cualquier cosa que iba a ser puesta en mi camino y al mismo tiempo me sentí tan frágil como un viejo espejo que siempre estuvo escondido. El don de la vida es algo que todo compartimos por igual, seamos humanos, seamos animales, seamos lo que sea. Todas las especies comienzan de la misma manera; la génesis de todo es el nacimiento. A pesar de todo esto, lo que nace inevitablemente debe morir, al parecer, ese es el curso interminable e indescifrable de la vida. Todos intentan saber el sentido de aquello que es producido y aquello que perece, dejando atrás el único sentido que tiene todo esto; vivir. Me levanto y decido observarme en el reflejo del agua, teniendo la certeza de que no voy a reconocerme en ningún momento. Allí viendo aquello en lo que se convirtió la pequeña niña risueña, me doy cuenta que el ser humano sin memoria, pasa a perder sentido. Sin recuerdos no somos más que tiempo perdido, sin pasado no somos más que el reflejo de lo que nunca hemos vivido y como consecuencia, no somos nadie, por más que un nombre te identifique ante la sociedad como tal. El roce de los peces en mis piernas me sacan de aquel trance y me hacen volver a la realidad, no es que sea peor que en la que estaba, pero como disfrutaba de no pensar y simplemente sentir. Decidí irme después de una eternidad en aquella realidad paralela, sintiendo que había rejuvenecido unos cuantos años y sobre todo sintiendo que unos cuantos demonios habían quedado enredado entre los atrapasueños que se formaban entre las rama de aquellos viejos árboles. En ese momento entendí lo que era la catarsis, lo que era liberar aquello que te hacía daño, lo que era sacar de tu organismo las sustancias que eran nocivas para tu salud. Allí entendí mucho del significado de la creación de este mundo; haya sido por un dios, una divinidad o simplemente por la explosión en mitad de la nada que origino este todo que ahora somos. Somos materia que continuamente se contrae y se expande, formando nueva cosas a nuestro alrededor. Somos energía que alimenta a aquellos que nos rodean. Somos la simbiosis perfecta. Somos más de lo que siempre creemos ser. Somos pequeñas partículas de una inmensa estrella y no podemos evitarlo, simplemente podemos disfrutarlo, tomarlo muy fuerte entre las manos y no dejarlo ir.
por:Rayfer Martinez Primitivo.He despertado en un denso bosque, cubierto por una pálida neblina que se cuela hasta mis pulmones llenándolos de un extraño aire con sabor a soledad. Parece ser un lugar muy antiguo, un lugar donde no muchas personas deciden recorrer y entre mis pensamientos deduzco que ni siquiera un loco seria capaz de encontrarse tranquilo en ese inmenso desamparo. Voy caminando, cuidando cada paso que doy para evitar hacerme daño o incluso encontrarme con algo que definitivamente no quiero conseguir. Voy pausadamente colocando el rango de mi vista en aquellos lugares que me parecen necesarios reconocer pero como todo lo que me rodea es nuevo para mi, me siento perdido. Luego de movilizarme por un tiempo prudente, -supongo que lo es porqué no tengo idea de que hora puede ser-, me detengo a intentar descifrar el sitio de mi paradero, me detengo a intentar responder la reacción en cadena de preguntas que se aparecen, no encuentro nada que pueda darme la perspectiva necesaria para poder encontrar la salida, cada vez me acerco al centro de algo que puede ser más inmenso que un país entero, cada vez caigo más en cuenta de que mi cruel destino es que nadie logre encontrarme. Cansado, agitado, extenuado me dispongo a sentarme por un rato, mis piernas laten al compás de mi corazón, mis pies duelen y piden a gritos que los dejen en paz, mi mente se detiene por un segundo al observar una silueta a lo lejos, una silueta borrosa, no muy alta no muy baja, casi imperceptible, casi indescriptible. Cuando logro levantarme y posar mis ojos hacia el lugar donde aquella figura fantasmal estaba posada me doy cuenta que ya no esta más, se fue, se esfumo, se desvaneció en una milésima de segundos ante mi presencia como una bomba de jabón, como el oxigeno en presencia del fuego, como la esperanza ante los ojos del que ve la muerte a lo lejos. Los arboles me observan incrédulos, llenos de benevolencia, pacientes ante mi cara inexpresiva, llena de miedo e incertidumbre, sus voces calladas retumban en mis tímpanos hablando en antiguas lenguas que no logro entender, parecen decir algo, tal vez una advertencia o un mensaje encriptado, sus voces parecen cansadas, como si llevaran miles de años haciendo lo mismo; Prevenir al inocente andariego del peligro que habita sigilosamente entre sus troncos impolutos. La noche se dejo caer sobre el cielo como si una madre intentara arropar a su pequeño hijo antes de dormir, se fue apareciendo lentamente entre las altas ramas de los arboles parlantes que dejaban pasar entre sus recovecos la tenue luz de las estrellas. Me embriagaba un poco más a cada inhalación que tomaba, refrescando mi garganta con pequeños tragos de luz, intentando remojar mi cara con un curioso arroyo que se dejaba desear por aquellos cuerpos etéreos que habitaban a su alrededor. Encontré un lugar bastante protegido para intentar dormir un poco, debía hacerlo porqué si había despertado allí, quizás cerrando mis ojos podría volver a donde debía estar. A lo lejos me dejaba deleitar por la sinfonía del silencio, música para el que no puede escuchar y ruido para aquel que esta acostumbrado a percibir el sonido, el susurro del agua recorriendo las piedras me relaja la vida, que lleva bastante tiempo inquieta, impaciente, tensa. Logre reposar lo suficiente como para volver a tener energía para reincorporarme en mi búsqueda pero cuando abrí los ojos y levante mi cabeza de aquel lugar donde yacía la silueta de mi cuerpo me encontré con una criatura que nunca había visto; mis ojos eran vírgenes ante su belleza, mi cerebro no soporto tanta información entre sus manos y simplemente colapso. Nunca supe lo que en realidad sucedió, jamás intente recordar la criatura que tuve ante mi aquella vez, por más que pueda no logro reconocer donde estuve. Ya no soy el mismo. Ya ni siquiera estoy vivo. Simplemente esto es el rumor de mi memoria, lo más primitivo del comportamiento humano que quedo entre las voces de aquellos arboles escondidos que intentan prevenir los peligros que se esconden en ese denso bosque con sabor a sentimiento perdido.
por:Rayfer Martinez EstrellaNació bajo el seno de una familia amorosa, llena de problemas e inconsistencia, pero amorosa en todo los sentidos. La mayoría de su infancia la vivió pendulando entre el amor de sus padres divorciados. La distancia los separaba pero la conexión entre ellos era imposible de romper, miradas cómplices, gestos que dicen mucho mas que las palabras, concordancia de gustos que nunca creyeron compartir. La niña vive inocentemente el ir y venir de un amor que irremediablemente es incondicional, a veces no entiende por que sucede, pero no se detiene y deja pasar el tiempo, lo disfruta como más puede hacerlo y aprende de la situación. Su madre le cuidaba incansablemente, debía trabajar así que muchas de sus horas, las vivía solitaria, usando su imaginación, explorando nuevas situaciones, a pesar de la falta de tiempo, su madre influía mucho en ella, tallando en su memoria el esfuerzo y la dedicación como ninguna persona lo hubiera hecho. Su padre en cambio, era más distraído, no en el sentido de ignorar su alrededor, al contrario, era distraído por el hecho de intentar obtener inspiración de todo lo que le rodeaba.
"Bajo las alas de una colosal mariposa dormía la pequeña niña, era su guardián, la protegía de sus miedos incansablemente, cuidando sus sueños, dejándola vivir su oniria con total libertad. Su camuflaje parecía una oda hacia la guerra, tenia grandes ojos negros, profundos como un abismo y poseía las rayas de un majestuoso tigre, feroz, voraz, invencible. Segura, duerme bajo el cuidado de este fantástico ser, anhela el volver a ver a su padre y siente a esta criatura como si fuera su figura paterna; no le habla, no le enseña, no la reprime, solo la observa, detenidamente, mientras juega y ríe." Cuando la pequeña regresa con su padre, un instinto natural despierta en ella, una curiosidad comienza a germinar de a poco cual incendio y arrasa con cualquier indicio de aburrimiento. Ella se siente libre entre los brazos de su padre, no lo dice, pero en cada abrazo intenta expresar lo que siente por el. Una sensación de dejadez recorre el pequeño cuerpo de la niña, aun no lo entiende pero sabe que algo anda mal. Una noche, recostados en la parte trasera de una camioneta, la niña le dice a su papá que lo extraña y el solo logra dejar escapar una sonrisa de satisfacción. La niña guarda silencio y se queda mirando la cartelera de estrellas que ante tus ojos se abre paso y comenta que quisiera tener un telescopio, solo para poder observarlas de cerca, como si quisiera conocerlas y presentarse cordialmente. Su padre, un poco cabizbajo, debe rechazar la propuesta, no por quitarle deseos a la pequeña sino por la situación que lo envolvía; le dice que no puede regalarle lo que quiere, pero en cambio, le enseñaría como encontrar las estrellas y constelaciones, le enseñaría una vieja historia, la historia del bien y del mal, la historia de la luz y la oscuridad, en la cual parece que el antagonista es quien lleva la ventaja. La niña, inocentemente, le pregunta a su papa el por que cree eso; el, mirando hacia el cielo, le dijo lo ultimo que ella escucharía de su suave voz: "No creo que la oscuridad este ganando, en algún tiempo, si que era la vencedora pero si pones atención en las pequeñas cosas, en las diminutas luces que adornan el cielo, te darás cuenta que la luz esta ganando terreno, el bien esta comenzando a predominar". La niña no volvió a ver a su padre luego de eso. La mariposa volvió a tener su lugar, volvió a proteger a la niña durante los años que siguieron y ahora, aquella diminuta criatura paso a ser lo que es hoy. Ahora tiene puestas sus alas, aterciopeladas, suaves como el viento, y esta dispuesta a emprender vuelo inminentemente. Quiere ir en busca de nuevas constelaciones, de nuevos soles, de nuevas experiencias y gracias a quien por mucho se ausentó, no se perderá si sigue el camino que deja el polvo de estrella. por:Rayfer Martinez Psicología de un amorHace tiempo que despierto en una habitación extraña que nunca en mi vida había iluminada y no posee ventanas por las cuales mirar, me siento un poco aturdido ya que no se la explicación de el por qué despierto allí y no donde se supone que me dormí la noche anterior, todo es confuso pero luego te veo entrar por esa pálida puerta que esta incrustada de forma tosca en una de las paredes, te aproximas lentamente y con tu delicada mano rozas una de mis mejillas, acto seguido me levantas y tomado de tu mano me llevas a donde debería estar, nuestro hogar... Te dispones a preparar el café y como un tonto que tiene ante sus ojos una prueba de fe, comienzo a observar como un espectador maravillado lo hermoso de tu va y ven, tomo aquella vieja taza que mi padre me había regalado y pensativo me dispongo a salir al balcón a ver lo que la naturaleza es capaz de hacer... Poco tiempo después escucho un murmuro que lleva por título mi nombre y al girar, te veo entrar a nuestra habitación, al pasar me sorprendes por la espalda y dejas caer en mi oído aquel susurro de amor que tanto quería escuchar, en la oscuridad se entrelazan dos almas disfrazadas de carne humana en medio de una avalancha de besos, en la oscuridad dos respiraciones se convierten en una al ritmo de la pasión, los minutos parecen horas cuando dos mentalidades se cruzan en medio de el amor, las caricias caen como una ligera llovizna en la pradera y todo aquello que estaba guardado se libera en un fuerte choque de intensidad... Pero desperté, otra vez en aquella habitación tan extraña en la cual nunca creí haber estado, esta vez no entraste tu, otra persona ocupo tu lugar y decía ser mi psicólogo tratante, ahora más que nunca no entendía nada de lo que pasaba y me dispuse a preguntarle: ¿Dónde estoy? ¿Qué hago en esta habitación tan tétrica que nunca había visto en mi vida?.. El con una retorcida sonrisa me contó todo lo que debía saber para entender el por qué estaba allí, al parecer estaba loco y tenía más de 15 años viviendo en una clínica de salud mental, pero tu eras tan real y solo hace 5 minutos te había tenido entre mis brazos, pero ya habías muerto hace ya mucho tiempo, irónicamente entre mis brazos... "Vivir con el amor como bandera, vivir loco, vivir trastornado, solo vive a tu manera"… Ese era el lema de aquel centro médico donde el resto de mi vida debía verlo escurrirse entre las paredes acolchadas de lo que llamaban ser mi habitación, lugar donde te veía danzar, lugar donde te veía entrar y salir cuando quisieras, lugar que seguramente pronto no volvería a recordar jamás.
por:Rayfer Martinez |
Recipiente de alma."No soy de piedra pero lo parezco, ya mi piel está curtida por tanta agua, tanto sol y tanto viento. He bailado el tango de la desidia entre aplausos y lágrimas, solo para darme cuenta que estoy solo dando vueltas en la soledad de esta sala. Mi cubierta es de madera, mi corazón ya no es volátil, las horas me parecen hiedras, los días sé me escapan fácil. Y que suerte que tiene esta pobre alma, que le toca un cuerpo dañado, que le falta más de lo que puede dar, que le falla a la hora de andar, de bailar, de volar. Mi frente es de barro y musgo, mi pecho, flor de loto, mis ojos dos orquídeas, mi espíritu, un quizás. Corriendo en el bosque se me escapa la alegría, en forma de caricias será mi último adiós. Parezco de carne pero soy de hojalata, que se oxida, que se corrompe, que se pierde con el agua, con la ausencia, con la fuerza que me manda a volar largas distancias. No soy de piedra pero mi pecho, cemento y fuerza, retumba en las noches que júpiter se acerca. Al alba cantare cual lobo, al cielo brindaré cual ave, al agua flotare cual tronco, al fuego arderé cual sangre".
Por: Rayfer Martinez Despedida color de aurora."Trato de aferrarme a ella como un recuerdo, no puedo soltarme de su cuerpo, no puedo desprenderme de su laberíntica mente, no puedo alejarme de su energía positiva que aunque sea opuesta a la mía, no me hace mal. Intento no caer en la costumbre tonta de recordarte constantemente lo que habíamos vivido, de alguna forma eso iba a cansarle y iba a ser más fácil para ella olvidarme del todo. Si me olvidas, será como matarme a sangre fría, con un cuchillo sin filo, frío, oxidado, que no corta, desgarra y destroza todo a su paso. No puedo concebir la vida sin ser un pensamiento, tal vez minimalista, pero recurrente que no se le escapa de la memoria. Irremediablemente soy ondulaciones de fuerzas y presiones que va y viene dentro de ti, pero no quiero solo ir, a veces, necesito volver a recargarme en tu pecho. Eres angel eléctrico y yo un soldado de hojalata; esto no parece la mejor combinación pero estoy dispuesto a quemarme si es necesario. Se que en algún momento, ya no seré nadie, solo seré el grito ahogado del que es llevado a su lugar de sacrificio. La quise con oficio, esmero y dedicación pero aun así, su lugar estaba allá y no aquí. Sé libre y no decaigas ante los demás, yo seguiré preso a tu vientre hasta que la aurora del amanecer se tiña de gris."
Por: Rayfer Martinez Trátame suavemente.
"Desliza tus dedos entre los míos como si fueran ramas del mismo árbol. Lame mis heridas y besa las cosquillas que bajan por mi cuello. Observa lo que hay detrás de esta mirada que se posa sobre tus labios. Camina a mi alrededor, forma tu hogar entre mis brazos y déjate llevar por el sonido de mi voz. Cambia la luz del día por la tenue mirada de una luna recién levantada. Dicta el tempo de este movimiento de dos cuerpos respirando al unísono. Déjame tratarte suavemente. Solo quiero que me trates suavemente." Homicidio culposo. "Mientras observo a mis ángeles de la guarda dormir, un pequeño demonio susurra en mi oído frases turbias. La curiosidad ha de sublevarse en el preciso instante en el cual intento hacerle caso omiso a lo que la bestia dice. Cierro los ojos intentando escapar de los pensamientos contaminados que han sido sembrados en mi. Comienzo a tener miedo justo cuando me levanto decidido asesinar a lo único capaz de salvarme. He sucumbido ante la maldad que aun habita entre mis costillas y he de llevarme una vida pura como consecuencia de lo que alguna vez fui y nunca he dejado de ser. Una sustancia tibia arropa mis manos y lo que antes respiraba, ya no lo hace. Iré a dormir, quizás cuando despierte, todo esto lo haya olvidado." Te quiero "Dejo un poco de mi en cada beso que le doy. Con tan solo ver que se acerca, mis ojos sonríen y mi cuerpo es atraído hacia tu atmósfera. Te quiero cerca, donde nuestras pieles sean puentes y carreteras. Te quiero cerca, donde la mitad de nuestras bocas hagan el beso perfecto. Te quiero cerca, donde la vida que me hace falta me la das en un respiro." Inmortal Siempre te escribí, ibas impresa en cada palabra que salia de mi cabeza, inherente a mis versos eres, tantas estrofas intentaban darle forma a tu cuerpo y cuando ya no podía continuar, me susurraba al oído que me amabas. Siempre te escribí, estando triste o viviendo el efímero éxtasis de la felicidad. Te hice eterna tantas veces, entre mis dedos estuviste tantas veces y aún así te lograste escapar." por:Rayfer Martinez Reflejos.Sentado, mirando mi alrededor, inmóvil, comienzo a darme cuenta de la invisibilidad del ser humano, lo transparente que puede ser un cuerpo y un alma. Miles de miradas cruzan enteras mi anatomía, pasan sin conocerme, sin detallarme, sin encontrarme. quizás estoy perdido, quizás solo soy un fantasma y no estoy consciente de mi propia muerte, no lo se, no me molestaría ser reconocido como una persona más, pero entre tantos agujeros negros, hasta la luz se ha de perder en la eternidad del tiempo. A veces, ni yo mismo he de encontrarme y da miedo sentir que a pesar de que sabes quien eres, puedes perderte constantemente y jamas volver. Silencios deambulan a mi alrededor, formando ruidos sordos que alimentan mis oídos, cabizbajo, intento retomar aquello que deje atrás pero ya nadie puede, por más que quiera, volver a andar caminos lejano. Entre pupilas lejanas veo que, la naturaleza del ser humano, es convivir consigo mismo, evitando encontrarse con los demás, evitando compartir cadenas, pero, como su naturaleza es ser terco, es inevitable querer compartir heridas con quien se te acerca, porque, ineludiblemente, todos, de alguna forma, estamos más que rotos. La mayoría de las personas suele tener la banal percepción, de que, todos a su alrededor están mejor que ellos mismos, pero a veces, las mascaras son mejores que aquello que intentan esconder. Detenido en mitad de todo, me da por sonreír, como si hubiera logrado por fin entender el misterio de la vida. Muchos me observaron, otros me trataron de loco y pocos se sintieron atraídos por la idea de un muchacho sonriendo en mitad de una marea de nombres y apellidos. Historias deambulan de aquí para allá, siendo desconocidas, siendo clandestinas, historias que deberían ser contadas, pero son guardadas en lo mas profundo de las bóvedas que se encuentran protegidas por cerberos personales. Un momento basta para que todo se detenga; me levanto del lugar donde estaba y comienzo a caminar en sentido contrario a la vida, como intentando retroceder el tiempo. Me noto ausente, me noto desvariando, me noto en una espesa mezcla de nostalgia y tristeza, me noto ahogado entre mis propios recuerdos que pasan como flechas a través de mi cuerpo. Etéreo, comienzo a flotar y me encuentro con otra dimensión; fría, lenta, pesada como un tempano de hielo. Perdido intento encontrarme entre las imágenes de mi infancia, solo para darme cuenta que ya deje de ser lo que era y la idea de lo que quería ser paso a ser un anhelo lanzado al viento. Soy otra persona, soy otro razonamiento, soy otro monstruo disfrazado con las pieles de un chico bueno. Despierto y sigo en donde estaba, viendo pasar a la gente que me mira como un objeto distorsionado. Nunca me sentí tan ignorado, nunca me había sentido tan invisible, hasta que yo mismo perdí la noción de lo que era. No sabes lo cruel que puede ser mirarse al espejo y no reconocer a quien se ve reflejado. Extraño que me mira con duda, como si supiera quien eres pero no sabe nada de ti. He de decir que muchos de mis mayores temores están impresos en la mirada de ese pobre hombre que tengo frente a mi. No se quien es, no sabe quien soy, pero irremediablemente somos el mismo.
"Eres girasol entre miles de flores secas, radiante, causante de desastres, alarmante belleza, inconsciente dulzura de una fruta marchita. Despiertas masas y dejas entrever detrás de tu sonrisa lo agridulce de tu vida, lo inestable de tu mente" por:Rayfer Martinez Ante tus ojos, dibujo.Ante el mundo no soy mas que un nubarrón de eventos sensoriales y sentimientos encontrados. Frente a los ojos de la sociedad, no soy mas que un peón mas dentro de este tablero de ajedrez despiadado, que no espera por nadie, que no ayuda a nadie. Delante de tus ojos soy un dibujo, solo un contorno, nada dentro, nada que lo caracterice, nada que lo haga diferente del resto, solo hasta que sonrió, motivo de tu interés por mi, sonrío como tonto, como buscando dentro de mi una razón lo bastante convincente por la cual te tengo frente a mi. Cada segundo que pasa me vas dibujando, gracias a la punta de tu dedo que traza cautelosamente los borde de mi rostro, borroso, sin ojos para mirar, sin boca para escuchar, sin años para contar. Ya poco a poco mi cara se hace conocida para tu memoria a corto plazo; delineas mis ojos, aquellos en los cuales intentas buscar respuestas a preguntas que emergen constantemente como burbujas que suben desde la profundidad del mar. Mis labios son formados por tu boca, que besa el lugar donde deberían estar, labios que fueron hechos para ti, encajan a la perfección entre los tuyos, esperando por tu mordida, esperando por tu saliva. Allí, cuando logras darle forma a mi cuerpo, ya moldeado, con la yema de tus dedos cual plastilina vas formando la figura de mi pecho, de mis brazos, de mis piernas, mesuradamente vas utilizando los relieves de tu cuerpo para ir despertando mis terminaciones nerviosas, vas despertando mis deseos que no eran mas que nubes perdidas en el viento, vas convirtiéndome de un bosquejo en algo tangible, algo real, algo tuyo. Encuentras cicatrices de viejas batallas, jocosamente, con una linea las vas uniendo, como si fueran puntos, como si al final de todo, de alli saldría un pequeño mensaje de amor para ti. Ya cuando haz logrado formar mi voz cociendo mis cuerdas vocales, débilmente logro susurrarte: "Si me miras y mi rostro deja de ser borroso, fuiste tu la primera que logro dibujarme". Y si, fuiste la primera en dibujarme entre momentos perdidos y encontrados hasta que no hubo más que dibujar, fuiste tu la primera en pintarme entre cuentos, entre prosas, entre versos, entre poemas fantásticos, entre relatos muertos, fuiste tu quien unió las piezas del rompecabezas que solía formar antes, fuiste tu quien lleno los espacios vacíos que tanto llenaban mi habitación, fuiste tu quien empapo mi alma con agua de manantial que surgía de lo mas profundo de tus entrañas, tibia, que alimenta la vida, que le da vida a lo que te rodea. Tu me encontraste, me remendaste, me consumiste, me saciaste, me borraste y retrataste, me mataste, me amaste hasta la total decadencia. Fui tu mejor obra, tu mejor historia, tu mejor pintura, lo fui todo por un tiempo. Lagrimas que borran mi rostro caen a través del papel blanco que finge ser mi piel y voy desapareciendo poco a poco en cada amanecer. Ya no soy lo que solía ser, solo soy otro rostro borroso olvidado entre la multitud, buscando quien lo dibuje de nuevo, buscando quien despeje de mi vida la duda, buscando quien me mantenga entre sus brazos hasta desaparecer bajo la luz de la luna.
por:Rayfer Martinez El niño que quería volar.En una típica casa, de una típica ciudad, dentro de una típica familia con típicos valores vivía un pequeño niño que era completamente diferente; pensaba por cuenta propia y no dejaba que nadie arruinara sus sueños por muy utópicos que parecieran. El tenia una hermosa rutina antes de dormir, era un tanto curiosa, pero hermosa en todo los sentidos; solía observar una fotografía un tanto desgastada de una persona que parecía tener unos 25 años, parecía un galán, tenia un rostro perfilado, grandes ojos que tenían indicios de ser verdes y estaba acompañado de una menuda muchacha de la misma edad con una hermosa sonrisa y un cabello que parecía haber sido tejido por ángeles y demonios que trabajaban en completa armonía. El se sentía regocijado y lleno de amor con esa escena plasmada de casualidad, esas dos personas eran sus abuelos, dos personas completamente llenas de sabiduría que lo habían guiado por el camino de la vida lo suficiente como para saber a donde ir. Luego de observar aquel retrato, se recostaba en la cama y utilizaba su techo como pantalla para proyectar sus limitados pero tan apreciados recuerdos, pasaba de ver la entrada de aquella vieja casa hasta las historias épicas e increíbles de su abuelo, rondaba la cocina donde pasaba tiempo su abuela y la ayudaba a cocinar extensos banquetes para la familia, corría alrededor del inmenso patio, creía volar, sentía que volaba, soñaba con poder extender sus brazos y que lentamente la brisa lo elevara por los cielos. El siempre recordaba aquella frase que le decía su abuelo cuando regresaba agitado: "No es necesario tener alas para poder volar"; aquel pequeño niño se sentía maravillado ante esa frase tan peculiar, no la entendía mucho, pero como aumentaba su esperanza de que algún día el podría volar sin necesidad de tener alas. Su abuelo murió unos días después, feliz, sosegado, reposando en su cama luego de haber pasado una tarde entera con su nieto. Una semana después su tan amada esposa lo acompaño en su camino hacia la inmensidad de igual forma, con aquella hermosa sonrisa, como pintada con los dedos de quien mas la contemplaba, expuesta en su rostro. Aquel niño, paso de ser un típico pequeñuelo que hacia travesuras y solo quería estar con los que quería a ser lo que era ahora, una persona que pensaba completamente diferente, con mirada melancólica, con el peso bajo los ojos de tantas hora llorando por quienes tanto había amado. Los extrañaba tanto que a veces iba a su casa, tomaba aquella vieja sabana con la cual ellos dormían, y se arropaba hasta la cabeza, solo para perderse en su olor, solo para evocar las dulces y suaves caricias de su abuela y la voz tan ruda e hipnotizante de su abuelo. Soñó que se los encontraba en una descomunal pradera que llevaba hacia un lugar muy iluminado, ellos venían tomados de la mano y el, sentía como subía por su diminuto cuerpo, aquella felicidad innegable que le producía verlos juntos, tan amados como nadie, tan unidos como todo. El estaba consciente del tiempo que tenia para estar con ellos, no sabia como, pero de alguna manera el hizo todo lo posible para aprovechar al máximo aquel momento; les contó todo aquello que había hecho desde la ultima vez que los vio; les enseño a tocar el violín de la misma forma que a el le habían enseñado; correteo por los senderos y abría los brazos, buscando volar y lo logro, allí recordó la frase de su abuelo y entendió su significado: "No se necesita de alas para volar si la imaginación esta de tu lado". Sintió que había sido eterno aquel encuentro, pero sabia que ya estaba por terminar, lentamente se fue acercando a donde estaban aquellos dos viejecitos que se reían de su pequeño nieto que volaba, sus ojos se sintieron pesados una vez más, dejo escapar unas cuantas lagrimas que se habían quedado escondidas detrás del olvido. Se sentó junto a ellos y les sonrió, dichoso de haberlos visto una vez más, les susurro al oído, con aquella voz entrecortada y tan infantil que los amaba con cada fibra que su cuerpo tenia y que los extrañaba, pero que estaba feliz por el simple hecho de saber que estaban bien. Ellos lloraron como nunca lo habían hecho y el pequeño niño les dijo: -Apurence, abracenme hasta que sus brazos le duelan, besenme hasta que su voz se quede adherida a mi piel, denme todo el amor que les queda, por favor, que ya mi mamá vendrá a despertarme-. Y así fue, su madre lo despertó y noto que su pequeño hijo había visto algo, el había cambiado; ella lo sabia porqué había pasado por lo mismo, levanto su mano y la acerco a su rostro, tuvieron un momento juntos, fueron confidentes por un instante, sin necesidad de hablarse, entendieron perfectamente que habían pasado un momento que nunca iban a olvidar. Sus abuelos vivieron hasta la eternidad en los pensamientos del pequeño, pero ya no es más un niño que pretende volar, ahora ya creció y aprendió a volar aviones por mera curiosidad, la curiosidad de ver si de alguna u otra manera el podía estar más cerca, más cerca del cielo donde ellos lo esperaban para verlo corretear.
por:Rayfer Martinez FlorVoy pasando por una solitaria calle y una historia pasa repentinamente por delante de mis ojos, iba vestida muy provocadora, gran escote y falda corta, labios carnosos y mirada cautivadora, iba andando apurada al encuentro de un trabajo, iba caminando deteniendo el tiempo alrededor de aquel callejón con olor amargo, al parecer no le gusta mucho lo que tiene que hacer, hay algo en su lenguaje corporal que denota aburrimiento, hastió, fastidio, pero a pesar de todo ello cada noche se arregla el cabello, delinea sus ojos y sale a la calle en busca de alguien que llene su necesidad. Recuerdo haberla encontrado varias veces de camino a mi casa, cada día con un vestido diferente, cada día con una energía diferente, a veces solía ir muy sonriente pero otros días se notaba que llevaba tanto peso a cuesta sobre su espalda, no era por ser entrometido, pero cada vez que la veía una curiosidad incontrolable carcomía mis sentidos, quería saber cuál era el motivo por el cual ella cada noche servía en bandeja de plata su cuerpo para saciar la sed de tantos ogros disfrazados de hombre, no entendía como alguien tan hermosa simplemente era complemento de un colchón en mitad de una noche ajetreada, no cabía en mi cabeza la posibilidad de que nadie se hubiera detenido a preguntar, por mera casualidad -¿Qué tal te va?- Pero al parecer solo la veían como un objeto de deseo, algo con que saciar aquella lujuria enfermiza que no podían esconder mas. Ya cuando mi intriga sobrepaso los limites de mi paciencia decidí, entre el miedo y la pena, saludarla, no lo sé, simplemente enfrentarla como nadie lo había hecho en mucho tiempo... Logre sentir su aroma apenas la tuve ante mis ojos, simplemente pregunte -¿Qué tal te va?- Y ella extrañada, como si yo fuera una especia de ser extraterrestre simplemente respondió "Todo va bien". Algo en mi no le creyó del todo, en el tono que lo dijo se dejaba notar que estaba exhausta, pero de pronto mientras se iba, se giro ante mi y repentinamente lanzo una pregunta, una pregunta que hoy no sabría cómo responder -¿Serias capaz de matar por salvar a alguien? ¿Serias capaz de dejarte aplastar por los demás por el simple hecho de tener algo más importante que mantener? - Ella se fue, dejándome atónito en mitad de aquel callejón con olor amargo... Poco tiempo después supe el por qué ella vendía su cuerpo a las masas. Tenía una pequeña hija, Flor era su nombre, una hermosa niña con grandes ojos azules y mucha vida por delante, a pesar de ello, estaba enferma, no se sabía si era algo grave o simplemente era un resfriado, no se sabía si duraría una semana o llegaría a graduarse de abogado, lo único que ella sabía era que, ante todo, haría todo lo posible por mantenerla a flote, por eso ella ocultaba detrás de un maquillaje con forma de sonrisa, una tristeza inmensa que desembocaba en un vació estremecedor... Yo fui el único que se acerco, fui el único que intento ayudarla, fui el único que se recostó con ella en mitad de la oscuridad, no pretendía salvarla, al contrario, solo quería hacer que se sintiera bien después de tanto menosprecio, y aquí estamos, tomados de la mano en la habitación de aquel viejo hospital, viendo suspirar por última vez la única razón que la mantenía en pie, Flor que tanto perfume dejo correr en el viento, ya no estaba, y vimos como el cielo se iluminaba por última vez.
por:Rayfer Martinez |